martes, 17 de abril de 2007

DE MILO MANARA A NABOKOV PASANDO POR ROMAN POLANSKI, SIN OLVIDARNOS DE TI.

El sueño de Lolita (segunda parte):

En estos casos en los que ha habido una primera parte en la que casualmente se ha hablado del primer personaje que aparece en el título del relato, lo normal sería adentrarnos en los mundos influyentes del segundo artista del título, pero no va a ser posible ya que tengo que confesar que no he leído la obra de Nabokov y que no vi la conversión de ésta a la gran pantalla hasta años adolescentes, así que no ha influido en mi desarrollo infantil de manera directa. No obstante, la historia de Lolita es tan seductora que creo haberla conocido siempre sin haber oído hablar de ella y es que el término “lolita” se ha colado en nuestro vocabulario cotidiano como las hamburguesas en nuestro menú dominguero.


¿Por qué Polanski?

Polanski porque a través de la adaptación a la gran pantalla de la obra de Pascal Bruckner me hizo ver lo tormentoso y a la vez placentero que puede llegar a ser el amor sexual. La verdad es que la historia relatada en “Lunas de Hiel” no es fácil y muchos no querríais pasar por ella, pero a mi cuando era jovencita me atraían muchísimo las relaciones tan lascivas y opresivas. El hecho de explotar la sexualidad al máximo y esa necesidad de poseer al otro hace que todo tu cuerpo palpite, te abre la posibilidad de experimentar con cada poro de tu cuerpo lo que es el placer. Pero Polanski sólo es esa pequeña gotita que da un toque de color a mi ser ya que su influencia se debe, en gran parte, a la curiosidad infantil por el sexo.


¿Por qué él?

Él porque es él, porque es el poeta de los sentimientos, porque sabe lo que es el amor y como ha de ser. Simplemente es él, mi amado Patrice Leconte.

Acabamos de llegar a una de las influencias más importantes de mi vida cinéfila y creo que tengo que expresarme con la mayor franqueza y claridad posible para que su fragancia llegue también a vosotros y os convirtáis al “Lecontismo”

Para mi “El Marido de la Peluquera” expresa perfectamente mi ideal del amor, mi sueño del príncipe azul, del campo perdido, del amor eterno, del sexo sin tapujos, de la vida misma y es que la vida sin amor, sin sexo, no debería ser vivida. Nuestra capacidad de amar es infinita y puede adoptar muchas formas, sólo tenemos que dejarla fluir.

Cuando vi esta película era una niña influenciada por la belleza de Manara a la que le faltaba la magia del amor. Lo que más me fascinó es esa idea de saber que esa persona está hecha para ti y la “obsesión” de Antoine por el aroma de las peluqueras. Yo quería ser Matilde, quería ser capaz de despertar ese amor en alguien sin a penas conocerle, quería que alguien me amase como Antoine la amaba a ella. Es tan bello pensar en que alguien pueda amarte de esa manera. Otras de las cosas que me encantan es el hecho de que no les hace falta nadie más, se tienen el uno al otro y que mejor que dedicarse al amor de sus cuerpos. Y por último esta la idea del miedo a la perdida, Matilde se convierte en sirena porque no puede soportar la idea de que un día Antoine no quiera bailar para ella. Cuando lo escribo noto como se me eriza la piel, siento un escalofrío que me recorre la espalda y no es para menos ya que si fuésemos capaces de vivir así nuestras emociones seríamos personas felices y la gente feliz no suele ir por ahí jodiendo a los demás. ¡¡¡Nos hace falta amar!!!

Seguramente parezca todo algo precipitado, me falta mucho que decir, pero los sentimientos de antaño hacen que me precipité olvidando todo lo que quería decir.

A un espectador casual le puede parecer que baso mi personalidad en películas vistas en mi proceso de socialización más temprano, lo que me haría parecer algo extraña o ausente de realidad, pero la verdad es que el cine me encanta, me ha hecho soñar, reír, amar, desear y muchas veces plantearme la realidad que me rodea. Lógicamente no soy sólo las películas que he visto, soy todo lo que me ha rodeado, lo que me rodea y lo que me rodeará, pertenezco a mi entorno, a mi ciudad, a mi época y como tal no puedo escapar a mi realidad, pero el cine, el amor al arte y la belleza es lo que me hace soñar despierta todos los días al menos una hora, algo que os recomiendo a todos como terapia para ser felices.

La verdad es que queda mucho que contar, muchas cosas no dichas y muchas otras a omitir, así que nos vemos por aquí, soñando con amores imposibles, con días idílicos y noches sin fin.

jueves, 12 de abril de 2007

DE MILO MANARA A NABOKOV PASANDO POR ROMAN POLANSKI, SIN OLVIDARNOS DE TI.





El sueño de Lolita (primera parte):

Si esto fuera un sueño onírico invocaríamos a Morfeo, Dios griego del sueño, pero en este caso el sueño que nos ocupa es aquel sueño entendido como anhelo o ilusión que moviliza a una persona. Así que éste es el sueño del que sueña despierto, pues ésta es la historia del nacimiento de parte de mi esencia.
Hace ya algunos años se despertó en mí ese ser cotilla que todos llevamos dentro y que cada uno desarrolla según su objetivo, el mío era descubrir lo que se ocultaba en el estudio de mi padre, artista polifacético y amante de la cultura. Dicho estudio tenía una amplía mesa hecha con una simple tabla de madera que ocupaba gran parte de la habitación, todo estaba en perfecto desorden, lleno de libros de fotografía, pintura y artes varios. Entre todo ese caos cultural había una colección que se insinuaba como el tesoro de la cueva del arte, la colección de cómic de Tótem de mi padre y entre sus páginas el artista llamado a ser mi canon de belleza, el erótico Milo Manara. No podéis imaginar lo atrayentes que resultaban esas ilustraciones para la niña que fui. Cuando no estaban mis padres, o estaban dormidos, me colaba a ver los dibujos de esas bellas mujeres, perfectas y eróticas. Me atraía la idea de estar viendo algo prohibido (no porque me lo prohibieran, si no porque yo sabía que no era material para una niña) y a la vez sentía la necesidad de que mi cuerpo se desarrollase dando paso a esos cuerpos que Manara había creado para mí, quería ser una creación suya. Y así es como nació la primera parte del sueño de Lolita. Ésta está compuesta por la idea de que el cuerpo es un instrumento más a utilizar en la consecución de nuestros objetivos, lo que no tiene nada que ver con la prostitución de éste entendida como explotación sexual.
En este punto puede que parezca que la sexualidad ha sido una parte fundamental en el desarrollo de mi personalidad y efectivamente así es, pero no hay que confundirla con el sexo como acto efectivo en la consecución de placer, si no como desarrollo emocional y físico a todos los niveles. Para mi la sexualidad es una idea romántica, además de aquellas características que me definen como mujer. Pero el sexo como objetivo del amor o, más bien, como hermano de éste lo veréis al fin de esta historia. En ese momento comprenderéis que la idea romántica de la belleza, el amor y la sexualidad es parte de mi vida, pero también debería serlo de la vuestra, de la de todos...

lunes, 9 de abril de 2007

¿HEMOS SIDO CRIATURAS CELESTIALES?


El otro día volví a ver "Criaturas Celestiales" de Peter Jackson, claro que cuando decidí que quería que fuese la película del domingo noche no era consciente de que ya la había visto. Esto es lo que pasa con la frágil memoria, que nunca sabes cuando va a fallarte, algo así como lo que pasa con las parejas…pero este no es el tema que quiero que sea el hilo argumental de esta interesante y esperada nueva entrada, así que retomaré la mencionada película.

Al ver la película empecé a pensar en la tierna adolescencia ya pasada, en las locuras que hice y en como viví esa etapa, y la verdad es que, salvando las distancias, me veo muy identificada en historias como las que relata Pauline en su diario. Así que he decidido compartir una de las muchas aventuras vividas a tan tierna edad y es que, hace ya mucho tiempo, pensé que me debía y debía a tod@ ell@s escribir un diario sobre el paso de la adolescencia a la madurez visto desde la perspectiva adulta de quien ha sido precoz porque precoz ha querido ser, pero al final, como todo en mi vida, se ha quedado en una mera idea perdida en ese enorme baúl que guardo bajo la cama…Es el momento de retomarla:

Una de tantas historias: la huida sin destino

Corría el año 1994 y yo había empezado el instituto, tenía por entonces 13 años y demasiadas ansias por experimentar. En esa época estaba saliendo con el señor E, el cual tenía 3 o 4 años más que yo, este fue uno de mis primeros amores locos, seguramente él inició esa lista interminable de chicos que me volvían loca pero que sólo duraba unos meses, pasado un tiempo a todos les llegaba la fecha de caducidad y como ocurre con el queso empezaba a oler…El caso es que mientras yo salía con E, mi amiga “La chata” salía con el señor P, el cual era “amigo” de E. Pero antes de entrar en más detalles tengo que deciros que la chata es algo así como la Pauline de “Criaturas Celestiales”, mientras que yo era algo así como Juliet. Cuando digo esto es porque yo siempre estaba fantaseando e inventando posibles futuros y vidas que ella hacía reales y objetivo en su vida. Pues bien, un día se me ocurrió que deberíamos tener un bebé, así que idee un plan maestro para llevar a cabo el sueño de ese mes. El plan era el siguiente, nos escaparíamos por la mañana, antes de ir a clase, y nos iríamos a vivir a la casa okupa de un amigo con el que había estado saliendo y que todavía estaba pillado por mí. Una vez establecidas debíamos acostarnos con nuestros chicos para poder quedarnos embarzadas, el problema era como engañarles para no usar condón ya que sabían que no tomábamos la píldora y eran unos chicos bastantes responsables…pero también les gustaba mucho su amigo JACK, la solución era fácil, emborracharles lo suficiente para que no pudieran decir que no a un buen polvo, pero no tanto como para que no se les levantara. Una vez embarazadas y en nuestra nueva casa estaba todo chupado (que inocente es la inocencia de quien hace verse mayor). Al fin llegó el día de la huida, teníamos todo planeado, incluso nos llevábamos ropa de los nenucos, con los que aún jugábamos, para nuestras futuras hijas. Así que fui a buscarla como habíamos acordado, pero ella no contestó el telefonillo, en ese momento me di cuenta de que algo iba mal, “La chata” no iba a bajar y yo debía volver lo antes posible a mi casa y guardar de nuevo todo lo que llevaba en la mochila. Ese día “La chata” no fue a clase, creo que fue uno de los días más largos de mi adolescencia, no sabía lo que pasaría al llegar a casa, estaba segura de que habían hablado con mis padres, la incertidumbre no he podido soportarla nunca así que me fui para casa al terminar las clases intentando enfrentarme lo más rápidamente a mi futuro, pero nadie dijo nada, mis padres nunca me dijeron nada, estoy segura de que lo saben, pero también saben como he sido, saben como soy.

No sé si esta historia parecerá real o no, pero es tan real como la lluvia que ha jodido la semana santa. La verdad es que ahora lo veo todo tan lejano, tan gracioso, tan absurdo, pero a la vez tan loco. Me acuerdo que en esa época había hecho mío el lema Carpe Diem y que no pasaba ni un día en que no me lo tatuara en la mente y el corazón. Sufrí mucho, pero porque es la edad del sufrimiento exagerado, reí mucho, porque es la edad de la risa, y sobre todo, viví mucho y no porque fuera la edad, sino porque esa era yo, muchas veces me pregunto ¿si todavía sigue quedando algo de esa chica impulsiva que miraba la vida sin parpadear.?