lunes, 26 de septiembre de 2011

La comunicación vía internet, ¿facilita o complica aún más las relaciones interpersonales?




Un tema poco original, lo sé, pero me he visto obligada a sumergirme en este manido, que no poco controvertido, asunto. Lo que está claro es que la red de redes nos brinda la posibilidad de comunicarnos de una manera rápida, atemporal y sin importar el dónde. Y menos ahora con los móviles de última generación, dónde la realidad está en la red antes de que suceda. Pero qué pasa si le das esa herramienta al ser que hace que el esquemita tan sencillo de la comunicación: emisor-mensaje-receptor, acabe transformado en una espiral de ruido, entorno, interpretación y humor.

Pensemos en las redes sociales, (uno de los acontecimientos que ha hecho que me lance a escribir estas bonitas palabras de amor), donde podemos encontrar amigos de la infancia, familiares perdidos o colegas con los que hemos hablado un par de veces. Todos ellos acaban entrando en nuestro círculo de amistad, pero no todos nos conocen, no saben cómo somos y es mucho más difícil que lo averigüen por un mensajito en nuestro muro. ¿Ironía, indignación, protesta…o simplemente un vómito de letras sin ningún significado? Esto nos puede llevar a la nada, a la empatía o a la reinterpretación de lo que hemos dicho, pero esa reinterpretación tiene muchas posibilidades, y todas ellas dependerán de nuestro estado de ánimo, nuestra personalidad y del momento justo en que lo leamos. Seguramente si leyésemos ese mismo mensaje unas horas después no significaría lo mismo, o puede que sí, pero nos lanzamos a escribir, aquí viene el impulso enemigo de la comunicación virtual. Personas impulsivas, entre las que me incluyo, egocéntricas que reclaman ser protagonistas de todas las vidas, personas a las que se las ofende con sólo una palabra…todas ellas comunicándose en un cuadradito donde no vemos al otro por lo cual perdemos el lenguaje corporal y con ello la capacidad de conocer el humor del otro. Aquí está otra vez el hombre-mujer haciendo que algo tan fácil como la comunicación se convierta en lo más difícil.  Encima no te libras de que te digan “yo es que las cosas las digo a la cara”, qué cara, si precisamente aquí no tengo cara…por lo menos no una a la que veas mientras escribes. Creo que las personas que hacen de esta frase su eslogan de vida están entre los tres primeros puestos de “gente con la que no me quiero relacionar”. Cómo si tu vida se fuese a venir abajo porque esa persona no te diga lo que piensa en cada momento… que no me importa, no me gusta que me lo digas a la cara porque salpicas, cuando me dé la vuelta se lo dices a mi espalda que a ella si le gusta y no se lo suele decir a mis orejas. Esto me lleva a preguntarme por qué aceptamos a todas esas personas que no significan nada, es muy sencillo si no te aporta nada, no tiene nada que ver contigo y no te gusta lo que dice, elimínalo. Es lo bueno de internet, que no te gusta alguien lo borras. Pero claro pierdes el voyerismo. 

Y luego tenemos los emails, segundo acontecimiento que me ha pateado el culo para que me ponga frente al ordenador. Los emails, letras haciendo cola… Cuál es el problema del correo electrónico, el acuse de recibo o saber qué el otro ha mirado tu correo pero evita contestarte. Es como si estuviéramos en una terraza tomando una cerveza y uno de los interlocutores se pusiera las manos en las orejas y empezara a cantar…muy frustrante…y eso es lo que sentimos cuando sabemos que han leído lo que decimos pero deciden taparse los ojos. Aunque también es una posibilidad que nos brinda este tipo de comunicación, la capacidad de filtrar a los otros…en la calle no creo que podamos simplemente darnos la vuelta cuando no nos apetece seguir con lo que nos dicen, aunque sería curioso. 

El caso es que acabamos haciendo todo mucho más difícil de lo que es, estropeando una de las mejores herramientas que nos ha dado el ser humano, con la que podemos acceder a cantidad de información con sólo teclear una palabra, con la que podemos estar con nuestra familia aunque haya dos mil kilómetros de distancia. ¿De verdad es todo tan complicado? Simplemente exprésate pero no busques con ello ofender a los demás, no leas lo que quieres leer, ni interpretes el cómo lo ha dicho porque es imposible que lo sepas, puede que me ofendas, pero eso es porque no todos pensamos igual no porque sea algo personal. Es bonito ver como los demás expresan sus ideas e inquietudes aunque no tengan nada que ver con las nuestras. 

Y recuerda que la vida es una puta que no te da placer sin recibir nada a cambio, así que ya que le vas a dar un poquito de ti por lo menos ten un orgasmo cada vez que te deje. Enjoy!

Se despide una carligochi haciendo uso de lo que usa para escribir.