Llevo
un tiempo con la necesidad de escribir esto. Una necesidad creada por
los constantes juicios a los que me he visto sometida. Si ya las
madres son juzgadas constantemente y sin ninguna impunidad, una madre
que no está dentro de lo que hace la mayor parte de ellas se ve
abocada una vorágine de juicios que pueden llegar a hundirte, aunque
siempre te vuelvas a levantar a la mañana siguiente.
Primero
tengo que dar dos datos, Julia todavía no está escolarizada y la
educación obligatoria está comprendidas
entre 6 y 16 años, y
otra cosa muy diferente es que la mayor parte de niños entren en la
escuela a los 3 años con una falsa idea de que sino no socializarán.
¿Qué pasa con todos esos abuelos que no fueron a la escuela o
fueron en edades más avanzadas?, ¿acaso son seres asociales?. A
parte de que sea un manera muy artificial de socializar, sólo con un
número determinado de niños que tienen que ser de tu misma edad y
seguramente estatus social. Me imagino de mayor preguntando en qué
año naciste, a no, lo siento, yo soy del 81, no podemos ser amigos.
Algo que veo sucede en los parques producto de esa manera de
clasificación.
Por
otro lado, la necesidad de escolarización surgió en un momento dado
donde la analfabetización era altísima y era una necesidad para una
sociedad que ya no existe, ahora la posibilidad de acceder al
conocimiento por otro medios que no sean la escuela es altísimo y
mucho más rica.
Pero eso es otra historia, y no voy a entrar en eso.
De
lo que quiero hablar es de que tan válida es la familia que lleva a
su bebé de 4 meses a la guardería, como la que decide no
escolarizar hasta los 6 años, que repito es la edad obligatoria
(pregúntense porqué en todos los países empieza en torno a los 6
años, acaso no deberían estar los niños hasta esa edad
simplemente jugando)
Esa
decisión es producto de circunstancias familiares, económicas y
personales y debería ser respetada por el resto de individuos. Pero
parece ser que en el momento en el que no haces lo que se espera de
ti, das derecho al resto de individuos a que te juzguen cuando y como
quieran. Algo que no se me ocurriría hacer cada vez que una madre me
habla de a qué cole va su hija. Imaginaos que empiezo a soltar una
charla sobre la perdida de libertad y movimiento, sobre lo artificial
que es, sobre el aprendizaje guiado por el niño, por lo absurdo que
resulta pensar en una hora de siesta igual para todos, como si
fuésemos robots que se pueden programar. Pues no, no lo hago, porque
esa familia ha
tomado esa decisión porque es lo que creen mejor para su hija,
porque hacerlo así dañaría a esa persona y porque no todos tenemos
la misma visión del mundo o queremos vivir de la misma manera.
Cuando
suceden estas cosas, qué cosas os preguntaréis, pues situaciones en
las que tu hija es maravillosa, todo el mundo está encantado con
ella, con su naturalidad e inteligencia, pero le preguntan por el
cole, ella responde que no va al colegio y por arte de magia la niña
que les había enamorado hace un momento empiezan a crecerla tres
brazos por no ir al colegio, encoje y casi desaparece.
Cuando
suceden estas cosas y acabo llorando en mi habitación siempre tengo
ganas de decir lo siguiente:
Llevo
más de cinco años acompañando a Julia. Antes de que naciese leí
mucho sobre cómo se desarrolla el cerebro de los peques, las fases
por las que ha de pasar y como acompañarla de manera respetuosa, y
así lo he estado haciendo. En ningún momento me planteé que no
iría al colegio, pero ella no estaba preparada, no era eso lo que
necesitaba y yo seguí acompañándola. Aquí
podría hablar de que es una niña muy sensitiva y con una
sensibilidad impresionante, pero eso es otra historia.
Hoy
en día ya está preparada y es ella la que ha decidido que es el
momento. Lo mismo sucedió con dejar el pañal, la lactancia y muchas
cosas más. Nosotros hemos acompañado su
desarrollo natural que es único y diferente para cada niña.
En
estos cinco años he buscado prácticamente a diario ofrecerle
espacios y actividades que le resultasen atractivas al momento en el
que estaba. Siempre usando la idea de tirar del hilo. Hemos hecho
todo tipo de experimentos cuando sentía una especial atracción por
el mundo de la ciencia, los cuales hemos complementado con visitas a
museos y libros, siempre libros, muchos libros.
En
su etapa de diseñadora de moda, cosimos, diseñamos, visitamos el
museo del traje y seguimos investigando sobre la moda.
Hace
poco estaba totalmente fascinada con la robótica y quería diseñar
y programar un robot. ¿Qué hicimos?, aprendimos a programar,
hicimos diseños de como quería que fuese.
Vamos
a la biblioteca cada semana y cogemos 8 libros que leemos mínimo una
vez al día.
Siempre
pintamos, y seguimos pintando.
Cada
noche leemos antes de dormir y por el día siempre buscamos un
momento para leer.
Bailamos,
vamos a parques y hacemos todo tipo de manualidades.
Julia
ha escrito sus propios cuentos, con sus ilustraciones y su historia.
Cocina
desde muy pequeña y ha hecho todo tipo de recetas.
Incluso
hemos trabajado de forma más formal la lectroescritura y matemáticas
a través de un aula virtual homologada en EEUU.
Y
podría seguir llenando páginas enteras, porque me esfuerzo mucho,
porque esto no es dejadez, es una decisión meditada que lleva mucho
trabajo detrás. Hay un trabajo de observación para buscar el
interés
en cada momento, de búsqueda
para poder tirar del hilo, de preparación y de ejecución y así
durante 5 años. Y claro que tenemos temporadas en las que nos
dejamos llevar y no hacemos tantas cosas, sólo hay que observar a
Julia y saber qué necesita en ese momento. Pero
dejad de juzgarme como si me quedase en casa porque fuese una
inconsciente, precisamente es lo contrario, soy muy consciente de lo
que el sistema educativo actual podría hacer con Julia. Estoy
harta y estoy cansada de sentirme tan juzgada y sola. Así que hoy
pienso gritar que estoy orgullosa de todo lo que hemos caminado estos
5 años y de como me he levantado cada vez que he
acabado
en el fango. De que ha sido muy duro a veces, por esa soledad a la
que te expones
si no estás dentro del sistema, pero que lo he conseguido, que soy
una mujer muy fuerte y nada ha hecho que deje a un lado lo que creía
era mejor para Julia en cada momento