jueves, 19 de febrero de 2009

Mis Relatos del pasado

“Un nadie”

Un nadie se levanta por la mañana y busca en el espejo a un ser, pero nunca encuentra a nadie. Desayuna ante la palpable soledad de no estar con nadie; una taza de café y quizás una tostada para acompañar. Mientras el café encuentra una compañera perfecta, a Un nadie nadie le acompaña.
El día pasa y pasa, la vida termina, sin que nadie reconozca la existencia de Un nadie.
Pasos solitarios, miradas que no ven, pisadas que no se sienten, día tras día, la vida termina.
La noche de Un nadie no es muy distinta al día; tumbado en la cama Un nadie se hunde en el colchón, se pierde en él, ya que ni el mismo colchón reconoce que hay alguien que descansa sobre su cuerpo. Nadie sabe lo que siente Un nadie porque nadie sabe que existe, quizás ni el mismo sepa que existe. Tanto tiempo condenado a la no-exitencia, al no-reconociemiento, a que nadie valore lo que Un nadie es, que ya ni él mismo se reconoce como algo que forma parte de un algo, algo que, por supuesto, no conoce porque nadie le ha dejado formar parte de algo.
Desde el mismo momento de su nacimiento un nadie pasa de haber nacido a ser un ser nonato, un ser que no existe, ya que de Un nadie a un ser que No existe hay un paso, paso que se da cuando el mismo Un nadie reconoce que no es nada para nadie, quizás eso es lo único que lleve la palabra reconocido en su vida, todo termina.

Tras años de que nadie saludará a Un nadie, que fácil es poner una cara amiga, de que nadie le diera un abrazo, nuestro personaje, que no amigo, murió, solo, nadie fue a su entierro porque nadie supo nunca que existió.


Nadie puede morir si nunca existió.
Nadie puede vivir sin nunca nació.
Nadie existe si nadie ve su existencia.
¿Quién eres? Un nadie.....


UN ESPECTADOR CASUAL



Antonio es un hombre normal, con un nombre normal y una vida normal.
Todas las mañanas se levanta a las siete para ir a trabajar.
Tiene cincuenta años, veinticinco de ellos los ha pasado al lado de María.
Nunca tuvo grandes sueños y si los tuvo ya no se acuerda.

Día tras día se pregunta quién es ese al que algunos llaman papá, otros Antonio.
Nunca hizo grandes cosa y si las hizo ya no se acuerda.
Tiene cincuenta años, treinticinco de ellos los ha pasado trabajando.

Cada mañana mira a su mujer y busca en sus ojos rastros de su existencia
Tiene cincuenta años y no recuerda cuando los vivió.
Es un hombre normal, con una vida normal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario