En estos casos en los que ha habido una primera parte en la que casualmente se ha hablado del primer personaje que aparece en el título del relato, lo normal sería adentrarnos en los mundos influyentes del segundo artista del título, pero no va a ser posible ya que tengo que confesar que no he leído la obra de Nabokov y que no vi la conversión de ésta a la gran pantalla hasta años adolescentes, así que no ha influido en mi desarrollo infantil de manera directa. No obstante, la historia de Lolita es tan seductora que creo haberla conocido siempre sin haber oído hablar de ella y es que el término “lolita” se ha colado en nuestro vocabulario cotidiano como las hamburguesas en nuestro menú dominguero.
¿Por qué Polanski?
Polanski porque a través de la adaptación a la gran pantalla de la obra de Pascal Bruckner me hizo ver lo tormentoso y a la vez placentero que puede llegar a ser el amor sexual. La verdad es que la historia relatada en “Lunas de Hiel” no es fácil y muchos no querríais pasar por ella, pero a mi cuando era jovencita me atraían muchísimo las relaciones tan lascivas y opresivas. El hecho de explotar la sexualidad al máximo y esa necesidad de poseer al otro hace que todo tu cuerpo palpite, te abre la posibilidad de experimentar con cada poro de tu cuerpo lo que es el placer. Pero Polanski sólo es esa pequeña gotita que da un toque de color a mi ser ya que su influencia se debe, en gran parte, a la curiosidad infantil por el sexo.
¿Por qué él?
Él porque es él, porque es el poeta de los sentimientos, porque sabe lo que es el amor y como ha de ser. Simplemente es él, mi amado Patrice Leconte.
Acabamos de llegar a una de las influencias más importantes de mi vida cinéfila y creo que tengo que expresarme con la mayor franqueza y claridad posible para que su fragancia llegue también a vosotros y os convirtáis al “Lecontismo”
Para mi “El Marido de la Peluquera” expresa perfectamente mi ideal del amor, mi sueño del príncipe azul, del campo perdido, del amor eterno, del sexo sin tapujos, de la vida misma y es que la vida sin amor, sin sexo, no debería ser vivida. Nuestra capacidad de amar es infinita y puede adoptar muchas formas, sólo tenemos que dejarla fluir.
Cuando vi esta película era una niña influenciada por la belleza de Manara a la que le faltaba la magia del amor. Lo que más me fascinó es esa idea de saber que esa persona está hecha para ti y la “obsesión” de Antoine por el aroma de las peluqueras. Yo quería ser Matilde, quería ser capaz de despertar ese amor en alguien sin a penas conocerle, quería que alguien me amase como Antoine la amaba a ella. Es tan bello pensar en que alguien pueda amarte de esa manera. Otras de las cosas que me encantan es el hecho de que no les hace falta nadie más, se tienen el uno al otro y que mejor que dedicarse al amor de sus cuerpos. Y por último esta la idea del miedo a la perdida, Matilde se convierte en sirena porque no puede soportar la idea de que un día Antoine no quiera bailar para ella. Cuando lo escribo noto como se me eriza la piel, siento un escalofrío que me recorre la espalda y no es para menos ya que si fuésemos capaces de vivir así nuestras emociones seríamos personas felices y la gente feliz no suele ir por ahí jodiendo a los demás. ¡¡¡Nos hace falta amar!!!
Seguramente parezca todo algo precipitado, me falta mucho que decir, pero los sentimientos de antaño hacen que me precipité olvidando todo lo que quería decir.
A un espectador casual le puede parecer que baso mi personalidad en películas vistas en mi proceso de socialización más temprano, lo que me haría parecer algo extraña o ausente de realidad, pero la verdad es que el cine me encanta, me ha hecho soñar, reír, amar, desear y muchas veces plantearme la realidad que me rodea. Lógicamente no soy sólo las películas que he visto, soy todo lo que me ha rodeado, lo que me rodea y lo que me rodeará, pertenezco a mi entorno, a mi ciudad, a mi época y como tal no puedo escapar a mi realidad, pero el cine, el amor al arte y la belleza es lo que me hace soñar despierta todos los días al menos una hora, algo que os recomiendo a todos como terapia para ser felices.
La verdad es que queda mucho que contar, muchas cosas no dichas y muchas otras a omitir, así que nos vemos por aquí, soñando con amores imposibles, con días idílicos y noches sin fin.